TRABAJO POR LA CIUDADANÍA

TRABAJO POR LA CIUDADANÍA
Prof. Filiberto Castillo

jueves, 28 de mayo de 2009

Vivir como ciudadano implica el encuentro con “los otros”

Vivir como ciudadano implica el encuentro con “los otros”
El ser humano necesita de los demás para subsistir, esta es la ley de la vida. No podemos vivir sin los otros. Ya entre los griegos se decía que el hombre no puede vivir aislado, que una necesidad fundamental del ser humano era estar en la Pólis. Vivir en la ciudad conlleva vivir las consecuencias de “estar” o “soportar” a los demás. Como en estas dos semanas anteriores donde hemos sentido a veces como una amenaza estar con los demás, hemos tenidos que protegernos para no contagiarnos. Pero la vida sigue y tenemos que aprender a vivir con esta situación. ¿Pero, por qué debemos soportarnos los unos a los otros? NO es que “debamos” es que no tenemos otra alternativa, como diría Paul Sartre “el infierno son los otros”. Sin embargo nosotros podemos cambiar esa situación de ser un infierno a ser algo más benigno y llevadero. De hecho lo cambiamos frecuentemente.
Vivir con los otros implica entrar en relación positiva o negativa. Sería conveniente que este tipo de relaciones estuvieran más orientadas hacia lo positivo. Sin embargo la realidad es que el ser humano se complica tanto que la mayoría de las veces genera más relaciones negativas que positivas. En consecuencia esta convivencia puede ser imperfecta o tan complicada que no la podemos sobrellevar. Es por esta razón que el ser humano se organiza y llega a crear las leyes y los reglamentos para gobernarse.
De aquí la necesidad de un Estado gobernante. El estado es creado por nosotros para servirnos y para ocuparse de aquello que nosotros, como individuos no podemos hacernos cargo. El Estado nos gobierna para que nosotros seamos libres y estemos seguros en la Pólis. Nosotros cedemos parte de nuestra gobernabilidad a un grupo de personas. Aristóteles en su libro sobre la “Política” decía:
“Todo Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece ser bueno. Es claro, por tanto, que todas las asociaciones tienden a un bien de cierta especie, y que el más importante de todos los bienes debe ser el objeto de la más importante de las asociaciones, de aquella que encierra todas las demás, y a la cual se llama precisamente Estado.” (Aristóteles, La Política, De la sociedad civil. De la esclavitud. De la propiedad. Del poder doméstico. Libro I.)
El Estado debe velar por los intereses de esa asociación llamada pueblo, quien posee la gobernabilidad por naturaleza.Por lo tanto más nos vale que como sociedad, tengamos presente que todos vamos buscando el bien para todos, dirían otros “El bien común”. El cual muchas veces no tiene nada de común para todos sino para unos cuantos

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