TRABAJO POR LA CIUDADANÍA

TRABAJO POR LA CIUDADANÍA
Prof. Filiberto Castillo

viernes, 5 de junio de 2009

El contenido del civismo

Hoy quiero comentar algunas ideas que tiene conexión con el tema de la semana pasada. Me refería al tema de cómo debemos conducirnos con una actitud de civilidad y comentaba que el civismo es un estado del ciudadano por el cual entabla relaciones con los demás.
La noción de civismo al que me he referido, posee dos acepciones. La más corriente, y que todo el mundo entiende de buenas a primeras, es la de conducta correcta y respetuosa entre propios y extraños, la cual incluye los buenos modales, la buena educación. A veces se reduce a la necesaria convivencia cívica que entraña respeto a los demás: por ejemplo el motociclista que pasea por las calles de una población con el escape abierto de su moto y despierta con su escándalo a los ciudadanos que descansan; el excursionista que hace fuego en el bosque y lo deja lleno de inmundicias; el funcionario que contesta de mala manera a las consultas del público, son considerados justamente como ejemplos de falta de civismo.

Un detalle que vivimos frecuentemente nos lleva a pensar en esto. Por ejemplo en algunos bancos nos mantienen horas esperando en las filas sin la atención correcta y además haciendo diferencias o discriminaciones de condición o nivel de personas, esto también es una falta de civismo. Todos tenemos el mismo derecho a ser atendidos y no sólo aquellos que tienen una cuenta preferente o especial en un banco. Yo considero que como ciudadanos todos debemos ser atendidos de igual manera, ¡es nuestro derecho! En general cuando esto sucede nos quedamos callados y soportamos estas actitudes contra el público que acude a esos servicios. Los ciudadanos no nos expresamos libremente ni protestamos ante las injusticias y muy poco o nada, ante estas diferencias y discriminaciones. Es hora de que protestemos y exijamos que se cumpla aquello a lo que se comprometen las empresas y los servidores públicos.

La exigencia para ser tratados con respeto e igualdad es una muestra de civismo. Pero este derecho lleva implícito el cumplimiento de nuestras obligaciones. Así pues no pagar los impuestos al erario público, representa una profunda falta de respeto hacia aquellos que cumplen con la ley y sus obligaciones, pues todos estamos obligados a cumplir con nuestros compromisos y al mismo tiempo exigir que nos satisfagan con lo básico en las necesidades de la sociedad.

Hay otro sentido de la palabra, civismo, algo más sutil que nos parece fundamental: civismo implica: la cultura pública de convivencia por la que se rige, o debería regirse, una determinada sociedad. Según este significado el civismo está formado por un conjunto de procederes de interacción humana sin los cuales la convivencia es difícil o imposible. Son normas emparentadas de algún modo con lo que entendemos por educación social o protocolo, el civismo es un bien compartido o a compartir por todo el pueblo, ése es su atributo esencial. Pero el civismo -he aquí una afirmación que consideramos fundamental para nuestro argumento a lo largo de todas estas observaciones- no es sólo un conjunto de normas o modos de proceder --es decir, no es solamente procedimental- sino que incluye también un contenido moral: expresa unos determinados valores morales y unas creencias acerca de la sociabilidad humana, que iremos explorando poco a poco, a través de estos sencillos comentarios.

Por eso decimos que es una cultura, y no únicamente un conjunto de modales o buenas maneras sin contenido. El doble significado de la palabra civismo tiene una feliz coincidencia con la palabra ciudadanía. La ciudadanía es, por un lado, el conjunto de mujeres y hombres libres e iguales ante la ley que forman una comunidad política. Y por otro, es también la condición que cada uno de nosotros posee de ser miembro de esa comunidad: es un atributo que nos confiere el derecho
al voto, el de presentarnos a elecciones y ser votados, el derecho a recibir subsidios y pensiones o atención médica (si así está previsto por la ley), el de que nuestros hijos acudan a la escuela pública, y así sucesivamente.

Recordemos pues que vivir en sociedad implica un compromiso y unos derechos, por ejemplo, en estos próximos días tenemos que reflexionar en la orientación que le daremos nuestro voto, hagámoslo de manera consciente y reflexiva. Ojala realicemos este ejercicio ciudadano con toda nuestra voluntad y siendo conscientes de quienes recibirán nuestro voto.
Mucha gracias hasta aquí mi comentario y hasta la próxima.
(comentario en Radio Acir en el programa ASi Sucede, en la primera emisión de la mañana, el 2 de Junio de 2009 por el cuadrante de A.M. 1130.)

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